Las heladas pueden ser el peor enemigo para nuestros cultivos. Dañan sus tejidos y células, matándolos o disminuyendo gravemente su calidad y rendimiento. Por ello, es importante adelantarnos a las heladas antes de que los daños sean irreversibles.

 

Invernaderos

Lo primero que nos viene a la mente a la hora de proteger los cultivos son los invernaderos. Existen de diferentes tipologías y tamaños adaptados a diferentes necesidades: para cultivos en suelo, camas de cultivo, plantas o para semilleros.

El tamaño y su uso deben ser tomados en cuenta a la hora de decidir cuál comprar, pero también los materiales utilizados. El más habitual es el PVC, pero si estamos buscando una mejor protección deberemos escoger el PE, ya que es más resistente.

 

Fundas y telas protectoras

Estas mallas térmicas son perfectas para árboles, arbustos, helechos… o incluso para cubrir los cultivos del suelo. Existen tanto en forma de rollos como en fundas. Pero, ¿en qué hay que fijarse a la hora de elegir el producto? En el gramaje. Contra mayor es el gramaje, mayor es el grosor y la protección contra el frío. En cuanto al material, suelen ser TNT de Polipropileno.

 

Reducir el riego

Con la llegada del invierno es muy importante reducir el tiempo y días de riego. Si sobre irrigamos los cultivos podemos ahogarlos y provocar la aparición de hongos. Por ello, siempre se recomienda el uso de humidímetros para saber cuándo nuestros cultivos requieren, o no, de agua.

 

Acolchar el huerto

El acolchado evita el crecimiento de las malas hierbas y ayuda a conservar la humedad, pero también es una opción para proteger a las raíces de las plantas del frío. Para acolchar el huerto, existen diversos productos orgánicos como las cortezas o la paja y, también, están los sintéticos.

 

Cultivar en interior

Otra opción es empezar los cultivos en interior y desplazar los que ya están plantados y necesites proteger. Lo único que habrá que tener en cuenta es que sigan teniendo suficientes horas de luz y no estén expuestos a corrientes de aire.